Nuestro cerebro nos brinda
una capacidad de comprensión asombrosa. Gracias a este órgano hemos logrado
conocer, representar, explicar e inclusive manipular nuestro entorno. Sin
embargo, surge una dificultad cuando intentamos ir más allá de lo observable y
cuando la mente del mismo individuo se convierte en el objeto de estudio.
Si bien fue Freud quien dio
en el siglo XIX el tercer duro golpe a la humanidad al señalar que los seres
humanos no somos seres totalmente racionales y que detrás del mundo que se nos
revela de forma consciente existe un universo que permanece en penumbras: el inconsciente, no fue el primero con la
intensión de explorar la mente; en Asía, casi veinticinco siglos atrás, los
hombres buscaban despertar de la ilusión que tenemos por vida a través de la
meditación.
Ambos métodos presentan
tanto similitudes, como el interés de brindar paz al individuo, como
diferencias significativas, las cuales expondré a continuación:
CONSCIENCIA
La consciencia es de suma
importancia tanto para la meditación como para el psicoanálisis, en la primera
buscamos mantener por el mayor tiempo posible el nivel más alto de consciencia
mientras que el objetivo del segundo es hacer consciente lo inconsciente.
EGO
En la tradición budista se
maneja que el Yo y el apego son las principales limitantes para superar el
sufrimiento, mientras que el psicoanálisis sostiene que es indispensable para
el individuo buscar la satisfacción de las necesidades y mantener a toda costa,
a través de los distintos mecanismos de defensa, la integridad del Yo.
SUFRIMIENTO
El budismo nos enseña que
vivimos en un estado constante de sufrimiento (dukha) que se origina en el
pobre nivel de consciencia con el cual guiamos nuestras vidas; Freud señalaba
que la neurosis es el punto medio entre la plena salud mental y las psicosis y
que todos nos encontramos en este punto medio.
INTERPRETACIÓN vs
CONTEMPLACIÓN, PASADO vs PRESENTE
El analista se encargará de
interpretar nuestros síntomas y comportamiento explorando a lo largo de nuestra
historia personal, prestando especial interés en nuestros primeros años de
vida; en la práctica de la meditación depositamos toda nuestra atención en el
momento presente, procurando dejar de lado cualquier juicio que pueda surgir,
este modo de contemplación nos permite llegar a una forma más pura de
conocimiento.
SUEÑOS
Los sueños juegan un papel
importante tanto en el psicoanálisis como en la meditación. Mientras que en el
primero son de utilidad para el analista al revelar los más profundos deseos que
alberga el inconsciente, en la segunda nos sirven para comprender mejor los
diferentes estados de consciencia.
RELACIÓN MENTE-CUERPO
Aunque en la meditación el
principal órgano con el que trabajamos es nuestro cerebro y el objetivo de esta
es desarrollar diferentes habilidades metacognitivas, no se deja de lado el
resto del cuerpo, es importante mantener en equilibrio mente y cuerpo, este
último se cuida mediante una sana alimentación (la mayoría de las veces
vegetariana) y la práctica de diferentes disciplinas como el yoga. Por otro
lado, en el psicoanálisis y la psiquiatría se entiende que diferentes síntomas
se expresarán a través de enfermedades psicosomáticas o un trastorno físico
como la incapacidad para mover ciertas partes del cuerpo o usar los sentidos de
manera normal, como en los casos de conversión histérica, en donde la parálisis
y la ceguera eran sumamente frecuentes.
EVOLUCIÓN
Los principios de la
psicología dinámica surgen de la biología evolucionista y la mayoría de los
síntomas neuróticos y deseos e impulsos, cuando no se entienden como
infantiles, se entienden como primitivos, revelando así el constante conflicto
existente entre instinto y razón. En cuanto a la tradición budista, se busca
comprender el universo de una forma holística, entendiendo a la evolución,
desde el surgimiento de las primeras formas de vida como las bacterias hasta la
aparición de nuestra especie el homo sapiens sapiens, como la búsqueda de un
mayor dominio de la consciencia, somos los ojos mediante los cuales el universo
se ve a sí mismo.
Ambos temas me apasionan, y
aunque me encanta leer sobre psicoanálisis en la práctica prefiero recurrir a
las terapias de tercera generación, en las que la práctica de la meditación
desempeña un papel de suma importancia. ¿Y ustedes qué opinan respecto a cada
corriente terapéutica?
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