La personalidad podría
definirse como la suma de todos los sentimientos, pensamientos y rasgos que
hacen de la persona un ser único. Hay quienes llegan a imaginar al auténtico Yo
como una persona en miniatura, un homúnculo, dentro de nosotros que define
nuestro comportamiento y motivaciones, la primera vez que vi el tráiler de esta
producción de pixar recordé esta misma idea, solo que en lugar de sólo un
homúnculo eran cinco los que se turnaban para elegir la respuesta más adecuada para
Riley.
También imaginé que a
Skinner quizá le resultaría un tanto absurda esta cinta, ya que él se
encontraba fervientemente en contra de la idea de un homúnculo interior cuyas
motivaciones, independientemente del ambiente en el que se encontraba el
organismo, definían la conducta. Y es que el conductismo plantea una especie de
selección natural para el comportamiento en donde, al igual que en el caso de
la evolución en el que las especies conservan y desarrollan las características
que les son más funcionales, el organismo aprende y exacerba las conductas que
le son reforzadas.
Por otro lado, las emociones
son la razón de nuestro deseo de sobrevivir y de nuestra inspiración,
representan la plataforma premotora que impulsa o que frena la mayoría de
nuestras acciones. Tomando esto en cuenta podemos entender porque en
determinadas situaciones cada emoción tomaba el mando en el cuartel general, podemos
entender porque Desagrado tomaba el mando ante la amenaza de que Riley fuese
envenenada, Temor para mantenerla a salvo, Furia ante situaciones que
parecieran injustas, Alegría para mantener a Riley feliz y también podemos
entender el porqué Tristeza parecía estar relegada.
Sin embargo, la toma de
decisiones para definir qué emoción dirigiría la conducta de Riley parecía demasiado
caótica, cada emoción buscaba el control y actuaba según sus propias
motivaciones, Tristeza constantemente deseaba tocar los recuerdos más felices,
cambiando radicalmente la actitud que Riley tenía hacia ellos ya que parecía
llenarlos con su esencia. Y precisamente, al cambiar la función de uno de los
pensamientos centrales es cuando comienzan las dificultades para Riley.
Quien ya conoce la historia
ya sabe cómo es que Alegría y Tristeza se pierden en los confines de la mente,
dejando únicamente a Desagrado, Temor y Furia en el cuartel general para dirigir
el comportamiento de Riley. Creo que esta película puede ser una excelente
metáfora para describir la depresión infantil.
La muerte de un familiar, la
pérdida de trabajo e incluso mudarse de ciudad, como en el caso de la historia
de Riley, pueden acarrear desdicha, pesar y preocupación, en este caso la
depresión se denomina reactiva porque se debe a causas externas. Las depresiones
reactivas son bastante comunes y, hasta cierto punto, saludables porque ayudan
a asimilar el sufrimiento.
Sin embargo, en el caso de
la depresión infantil, la tristeza es un sentimiento bastante complejo que en
ocasiones los niños y las niñas no saben procesar por lo que suele ser
expresado en forma de miedo o irritabilidad, ahí la razón por la que Tristeza
también se perdiera junto con Alegría.
Riley había dejado su
ciudad, sus amigos, sus pasatiempos, el contexto en el que Alegría podía estar
a cargo del cuartel general había quedado atrás, por lo que los pensamientos
centrales al estar en ausencia del ambiente en el que se habían creado tenían
una función diferente, quizá la melancolía provocada por la pérdida era la que
impulsaba a tristeza a tocarlos y cambiarlos.
Y ya que Tristeza parecía no
tener claramente utilidad alguna para el bienestar de Riley, a esta no le era
permitido tocar el mando de control o
siquiera las esferas de pensamiento; la poca o nula producción de conductas asociado
a la tristeza que se observa en los estados depresivos parecería
contraproducente para la supervivencia de un organismo, entonces ¿para qué nos
sirve esta emoción?
Alegría pudo contemplar la
utilidad de su compañera al darse cuenta de la impermanencia y la mutabilidad
de los mismos pensamientos, y hasta contemplar de una manera más amplia la
complejidad del contexto en el que se formaron sus recuerdos pudo notar la
sutil pero importantísima función de Tristeza.
La prosodia es una forma más
generalizada de comportamiento motor, una gesticulación externa de un estado
interno, la expresión externa de una abstracción que emana del interior y que
significa algo para otro animal. Entre nosotros, sonreír, reír, fruncir el
ceño, alzar las cejas son formas de prosodia, pues significan un estado interno
momentáneo que otra persona interpreta y comprende. La prosodia que Tristeza producía servía para que Riley emitiera justo a tiempo una llamada de apoyo hacia su familia y
amigos. Y es que los seres humanos somos seres sociales, y la comunicación y los vínculos que esta nos ayuda a formar son de suma importancia para el desarrollo y supervivencia, tanto del organismo como de la especie.
El cerebro es el órgano más
complejo y flexible que nuestra especie posee, su importancia es incalculable y
sus funciones podrían parecer infinitas; su lado subjetivo e inmaterial, la
mente y sus procesos parecieran más complejos aún. Un primer paso para desarrollar
una forma adecuada de gestionar nuestra vida emocional es aceptar plenamente
cada una de nuestras emociones, así es como renovamos el mando de control y
permitimos que Alegría, Tristeza, Desagrado, Temor y Furia operen en conjunto.
Finalmente creo que a Skinner le hubiese gustado esta cinta, ya que a pesar de que presentan la idea del homúnculo el papel que juega el ambiente no se deja de lado y no es difícil entender e imaginar las contingencias que, a fin de cuentas, eran las que definían el comportamiento de Riley.
Finalmente creo que a Skinner le hubiese gustado esta cinta, ya que a pesar de que presentan la idea del homúnculo el papel que juega el ambiente no se deja de lado y no es difícil entender e imaginar las contingencias que, a fin de cuentas, eran las que definían el comportamiento de Riley.