La
depresión es uno de los trastornos del estado de ánimo más frecuentes, y en las
últimas décadas se ha visto que las cifras de casos van en aumento, esto ha
llamado la atención de los profesionales de la salud mental, ya que se ha
contemplado que en los años venideros será una de las principales causas de
incapacidad.
La
comprensión de este trastorno puede ser bastante compleja debido a los varios síntomas
y manifestaciones que presenta, los cuales van desde la baja autoestima, el pesimismo,
pérdida de interés, falta de energía, irritabilidad, sentimientos de culpa, pérdida
de peso, aislamiento social, dificultades para concentrarse, insomnio, e ideación
o intentos suicidas. La etiología puede ser variada, distinguiendo entre depresión
endógena y reactiva; de este último tipo, posturas clásicas identifican una
pérdida como el detonante de una depresión; según la teoría cognitiva, los
individuos que presentan este trastorno suelen presentar errores en el procesamiento
de la información, distinguiendo tres áreas en la distorsión: visión negativa
hacia uno mismo, del futuro y del entorno.
Debido
a la manera rígida y centrada que llegan a comportarse los individuos con depresión
con sus mismos pensamientos, los comportamientos de evitación suelen estar presente
en esta patología, dificultando la posibilidad de lograr cambios o progresos.
Con
el entrenamiento en mindfulness se busca brindar a los pacientes la capacidad
de ver los pensamientos como acontecimientos mentales en lugar de cómo hechos, romper
la pauta de las respuestas que por lo general provocan los pensamientos negativos de y, finalmente,
cambiar su significado. Que las personas aprendan a tomar otra perspectiva en
cuanto a pensar y a la conciencia. Que acepten la presencia de las ideas disfuncionales,
y que al haberse distanciado y entendido como un evento mental más, disminuir su
impacto y no permitir que dirijan su vida.
Barnhofer
y Crane (2009) explican el funcionamiento de la terapia cognitiva basada en
mindfulness (MBCT), desarrollada por Zindel Segal, Mark Williams y John
Teasdale (2006), ésta fue específicamente diseñada pensando en la
vulnerabilidad que la investigación cognitiva ha identificado en la terapia estándar
como causa de las recaídas en los casos de depresión.
Es
un programa de ocho semanas que combina la práctica de meditación mindfulness,
siguiendo la teoría desarrollada por Jon Kabat-Zinn (2004) con intervenciones
de terapia cognitivo conductual (CBT) utilizadas con éxito para el tratamiento
de la depresión aguda. Igual que otras terapias cognitivo-conductuales de
“tercera generación”, el énfasis del tratamiento reside en la aceptación y en
el cambio, y el objetivo general es ayudar a los individuos que participan a
ser más conscientes y a responder de otra manera a los pensamientos y las
emociones negativos que pudieran desencadenar ciclos descendientes de
pensamiento y de estado de ánimo. Estudios más recientes han empezado a adaptar
la MBCT para un uso específico con pacientes que experimentan ideas suicidas
serias o comportamientos suicidas durante la depresión…Dos ensayos controlados
aleatorizados han evaluado la efectividad de la MBCT para la depresión
recurrente. En un ensayo inicial multicentro llevado a cabo por Teasdale y
colaboradores (2000), 145 pacientes recuperados de depresión fueron sometidos
aleatoriamente a MBCT o al tratamiento habitual y fueron seguidos durante un
periodo de 60 semanas. La MBCT redujo significativamente las tasas de recaída
en pacientes con tres o más episodios previos de depresión; el 66% de los del
grupo sometido al tratamiento habitual frente al 40% de los del grupo MBCT
sufrieron recaída. Un estudio posterior de Ma y Teasdale (2004) replicaba esos resultados
en una muestra menor compuesta por 73 pacientes recuperados, 55 de los cuales
habían sufrido tres o más episodios de depresión. De este último grupo el 78%
de los que habían continuado el tratamiento habitual recayeron durante el año
de seguimiento, en comparación con sólo el 36% del grupo MBCT
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