domingo, 28 de junio de 2015

INTENSA-MENTE: DEPRESIÓN INFANTIL Y EL SENTIDO DE LA TRISTEZA (alerta SPOILERS)


La personalidad podría definirse como la suma de todos los sentimientos, pensamientos y rasgos que hacen de la persona un ser único. Hay quienes llegan a imaginar al auténtico Yo como una persona en miniatura, un homúnculo, dentro de nosotros que define nuestro comportamiento y motivaciones, la primera vez que vi el tráiler de esta producción de pixar recordé esta misma idea, solo que en lugar de sólo un homúnculo eran cinco los que se turnaban para elegir la respuesta más adecuada para Riley.

También imaginé que a Skinner quizá le resultaría un tanto absurda esta cinta, ya que él se encontraba fervientemente en contra de la idea de un homúnculo interior cuyas motivaciones, independientemente del ambiente en el que se encontraba el organismo, definían la conducta. Y es que el conductismo plantea una especie de selección natural para el comportamiento en donde, al igual que en el caso de la evolución en el que las especies conservan y desarrollan las características que les son más funcionales, el organismo aprende y exacerba las conductas que le son reforzadas.

Por otro lado, las emociones son la razón de nuestro deseo de sobrevivir y de nuestra inspiración, representan la plataforma premotora que impulsa o que frena la mayoría de nuestras acciones. Tomando esto en cuenta podemos entender porque en determinadas situaciones cada emoción tomaba el mando en el cuartel general, podemos entender porque Desagrado tomaba el mando ante la amenaza de que Riley fuese envenenada, Temor para mantenerla a salvo, Furia ante situaciones que parecieran injustas, Alegría para mantener a Riley feliz y también podemos entender el porqué Tristeza parecía estar relegada.

Sin embargo, la toma de decisiones para definir qué emoción dirigiría la conducta de Riley parecía demasiado caótica, cada emoción buscaba el control y actuaba según sus propias motivaciones, Tristeza constantemente deseaba tocar los recuerdos más felices, cambiando radicalmente la actitud que Riley tenía hacia ellos ya que parecía llenarlos con su esencia. Y precisamente, al cambiar la función de uno de los pensamientos centrales es cuando comienzan las dificultades para Riley.

Quien ya conoce la historia ya sabe cómo es que Alegría y Tristeza se pierden en los confines de la mente, dejando únicamente a Desagrado, Temor y Furia en el cuartel general para dirigir el comportamiento de Riley. Creo que esta película puede ser una excelente metáfora para describir la depresión infantil.

La muerte de un familiar, la pérdida de trabajo e incluso mudarse de ciudad, como en el caso de la historia de Riley, pueden acarrear desdicha, pesar y preocupación, en este caso la depresión se denomina reactiva porque se debe a causas externas. Las depresiones reactivas son bastante comunes y, hasta cierto punto, saludables porque ayudan a asimilar el sufrimiento.

Sin embargo, en el caso de la depresión infantil, la tristeza es un sentimiento bastante complejo que en ocasiones los niños y las niñas no saben procesar por lo que suele ser expresado en forma de miedo o irritabilidad, ahí la razón por la que Tristeza también se perdiera junto con Alegría.

Riley había dejado su ciudad, sus amigos, sus pasatiempos, el contexto en el que Alegría podía estar a cargo del cuartel general había quedado atrás, por lo que los pensamientos centrales al estar en ausencia del ambiente en el que se habían creado tenían una función diferente, quizá la melancolía provocada por la pérdida era la que impulsaba a tristeza a tocarlos y cambiarlos.

Y ya que Tristeza parecía no tener claramente utilidad alguna para el bienestar de Riley, a esta no le era permitido tocar el  mando de control o siquiera las esferas de pensamiento; la poca o nula producción de conductas asociado a la tristeza que se observa en los estados depresivos parecería contraproducente para la supervivencia de un organismo, entonces ¿para qué nos sirve esta emoción?

Alegría pudo contemplar la utilidad de su compañera al darse cuenta de la impermanencia y la mutabilidad de los mismos pensamientos, y hasta contemplar de una manera más amplia la complejidad del contexto en el que se formaron sus recuerdos pudo notar la sutil pero importantísima función de Tristeza.

La prosodia es una forma más generalizada de comportamiento motor, una gesticulación externa de un estado interno, la expresión externa de una abstracción que emana del interior y que significa algo para otro animal. Entre nosotros, sonreír, reír, fruncir el ceño, alzar las cejas son formas de prosodia, pues significan un estado interno momentáneo que otra persona interpreta y comprende. La prosodia que Tristeza producía servía para que Riley emitiera justo a tiempo una llamada de apoyo hacia su familia y amigos. Y es que los seres humanos somos seres sociales, y la comunicación y los vínculos que esta nos ayuda a formar son de suma importancia para el desarrollo y supervivencia, tanto del organismo como de la especie.

El cerebro es el órgano más complejo y flexible que nuestra especie posee, su importancia es incalculable y sus funciones podrían parecer infinitas; su lado subjetivo e inmaterial, la mente y sus procesos parecieran más complejos aún. Un primer paso para desarrollar una forma adecuada de gestionar nuestra vida emocional es aceptar plenamente cada una de nuestras emociones, así es como renovamos el mando de control y permitimos que Alegría, Tristeza, Desagrado, Temor y Furia operen en conjunto.

Finalmente creo que a Skinner le hubiese gustado esta cinta, ya que a pesar de que presentan la idea del homúnculo el papel que juega el ambiente no se deja de lado y no es difícil entender e imaginar las contingencias que, a fin de cuentas, eran las que definían el comportamiento de Riley.  




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